LAS RESPUESTAS ESTABAN EN AL-ANON

Llegué a Al-Anon creyendo cumplir todas mis obligaciones, con mi familia, trabajo, pagar mis cuentas, y así con todo. Me iba bien en el trabajo, superé mis habilidades y conocimientos, llevé adelante mi hogar, pero mis relaciones eran difíciles, siempre con ira, tristezas, decepciones, reclamos, carente del disfrute cotidiano, falta de valoración de mis logros, esperando que alguien me reconozca el amor, el esfuerzo, el sacrificio, el cumplir con el deber. Me preguntaba por qué si yo cumplía con todo y todos, me sentía desesperada, cansada, tensa, abandonada y ningún lugar ni nada era suficiente para estar bien.
Las respuestas las encontré en los 12 pasos, lemas, tradiciones, conceptos, compartidos a través de la experiencia de los compañeros de grupo, identificándome con sus sentimientos, aprendiendo a escucharlos, a no responder, a no querer tener razón. Una compañera me dijo: “Vos querés tener razón o querés recuperarte?” Le agradezco con el corazón. ¡Quiero recuperarme!
Haber crecido en un hogar afectado por el alcoholismo hizo que viera solo una pequeña parte de mi. Con Al-Anon hice un viaje soñado, no a ninguna isla del Caribe. Fue un viaje a mi interior, en donde llegué a observarme y cuidarme con el amor, dedicación y empeño con que cuidé a mis seres queridos. Aprendí que la obligación que me faltaba cumplir era conmigo, que a quien le faltaba reconocer mis virtudes y defectos era a mí misma.
Luego llegó el momento de participar en el servicio. Me costó un esfuerzo encontrar el servicio que podía disfrutar. Sin embargo lo encontré con el acompañamiento de compañeros a quienes guardo eterna gratitud. En Al-Anon aprendí que mi afectación me lleva al aislamiento, y aislándome me quedo en el lugar cómodo y conocido que me ha traído tantas tristezas.
El triángulo de Al-Anon representa Recuperación mediante los Pasos, Unidad mediante las Tradiciones y Servicio mediante los Conceptos. Aplicarlo en todas mis acciones es un viaje que me ha hecho “capaz de concretar los deseos de mi corazón”. Esta frase es de Valor para cambiar, pag. 328. La primera vez que la leí pensé: «esperanzador pero utópico». Ahora puedo decir que es una realidad en mi vida. ¡¡¡Gracias Al-Anon!!!

Rosa C., Grupo Solano / Grupo Viamonte